Este post lo quiero dedicar especialmente a hostelería, porque es un mundo que conozco muy de cerca. Desde el ámbito profesional y sobre todo como cliente.
Realmente no queremos darnos cuenta de el porqué nuestro negocio no va como nosotros creíamos o queríamos, principalmente porque «EL OJO DEL AMO ENGORDA EL CABALLO» y sin saberlo ni quererlo «TAPA LOS FALLLOS»
Todos los defectos, falta de profesionalidad, atención al cliente, servicio, precios etc. que siempre hemos visto y criticado de la competencia y que nosotros jamás haríamos, por desgracia terminamos haciéndolos nuestros.
Lo peor de todo es que los propietarios no quieren reconocer esos defectos porque es una falta de responsabilidad y siempre terminan tirando pelotas fuera y echándole la culpa al personal, al proveedor, etc. por no querer asumirlo.
Personalmente conozco bastantes, clientes y amigos, tanto unos como otros cuando de a titulo personal y siempre por su propio beneficio les he comentado cual es mi percepción como cliente de establecimiento.
Sonríen, te lo agradecen, te invitan a una copa, palmadita en la espalda… y a seguir haciendo lo mismo. Y eso el que no se ofende, porque de todo hay en a viña del señor.
No logro entender cómo una gran parte de profesionales de este sector no son capaces de a sumir las sugerencias que se hacen por parte de los clientes, hacen caso omiso y siguen haciendo lo mismo.
Con la total seguridad y certeza de que lo están haciendo genial y los equivocados somos los clientes.
Multitud de amigos y conocidos (clientes de hostelería) son de los que dicen YO CON NO VOLVER LO ARREGLO TODO.
Y luego tiene que ir Chicote al último intento. 🙂
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